Querido Sr. Bradbury,
Escribo desde un lugar y momento
donde la imaginación será un arma poderosa. Tiempos turbulentos donde el hombre
peleará a favor o en contra de su propia humanidad. Y no me queda más que
agradecer a quienes me han regalado esa última arma secreta.
Sus libros me han acompañado desde
niño, hemos sido inseparables. Me enseñaron a vivir en ese oscuro rincón de mi
mente a donde siempre huyo para sentirme seguro. Donde el silencio y los
recuerdos se convierten en imágenes. Y donde las imágenes se convierten en mi
alimento.
Hoy tengo 28 años y aún me
sorprendo a mí mismo escondido en una antigua ciudad de Marte. Lejos de la
humanidad y su egocentrismo. Lejos de las guerras y lejos del dolor. Lejos de
esta realidad. Armado de cohetes espaciales y rayos láser para pelear batallas
imposibles de ganar.
Dejo uno de sus libros en un
parque, esperando que cambie la vida de otro niño, igual que cambió la mía, y
le de armas poderosas para un futuro incierto.
Prometo mantener encendida esa
minúscula llama que muchos han dejado morir. Cuando llegue mi momento le
buscaré en las calles de Marte y en los tatuajes del Hombre Ilustrado, en el
viento del País de Octubre y en las hojas del Árbol de las Brujas. Mientras, le
deseo un buen viaje por el universo.
Gracias por las respuestas y gracias por las preguntas.
Fernando Aponte H.
México D.F., Planeta Tierra
2012